miércoles, marzo 15, 2006

dice Trillo: "hay que pelearla"

Esta mañana estuve en el bar y hablé con Trillo. Pobre. Está triste y cansado. El hijo del dueño histórico quiere meterse en el asunto. No precisa el dinero (como tampoco decir las barbaridades que dijo, según los diarios, como "que se vuelvan a España"), tan solo se mete porque se le dio la gana o por codicia o porque no los quiere.

Aparentemente, con 6.000 firmas la cosa podría dilatarse, al menos para buscar una solución. Ya habría 8.000. Y la cosa no termina con el bar, los clientes y los dueños del fondo de comercio, sino que también está en juego el empleo de los muchachos que trabajan ahí y que tienen dos décadas laburando. Obviamente Trillo, Manolo y Miñones no están para pagar una indemnización, pero tampoco para bancar un alquiler que sea impagable...

Yo me pregunto, con bronca y desprecio: ¿Alguien podría explicarme para qué mierda están haciendo esa veredita seudobulevár en la avenida Caseros? ¿Cuánto cuesta esa boludez y cuál es la utilidad? Semejante porquería inútil, fea, ridícula... ese es dinero nuestro. Señor Intendente pintado de Gobernador o como se llame: pare con esa obra inexplicable y destine ese dinero para subvencionar, ayudar al Británico o hacer algo que conforme al dueño del local. Expropie y déle la administración del bar a estos señores que son trabajadores de verdad, de 0 a 24, no un rentista mequetrefe ni un contratista o devastador de presupuestos en boludeces.

Perdón por el talante, pero esto me subleva. A una cuadra del bar están haciendo esa pavada...

Este asunto me recuerda el tema de Larralde, tan solo que estos gallegazos ni siquiera dejaron la tranquera abierta, siempre garparon, religiosamente. La otra diferencia es que, si se van, no habrá un perro para despedirlos, sino 100, 1.000, perros, gatos, bípedos y cuadrúpedos, estatuas, monumentos, plumas, callos, zapatillas gastadas, borcegos y sandalias, cámaras de fotos, de video, de cine, caballeros y de los otros, minas y tipos de todas las calañas, viejos, jóvenes... y no sé si habrá despedida, no sé si van a poder arrancarnos de ahí.

En ese rato que estuve veía a gente que se acercaba a firmar, todos de distintas edades y aspectos, una señora que seguramente ya sale poco de su casa, otra muy urbana y probablemente viva en otro barrio, pibas, señores, flacos... La mayoría venía especialmente.

Esa fauna es solamente del Británico. Y miren que hay otros bares en Buenos Aires, pero en el Tortoni se habla en inglés y en alemán, no se puede estar, lamentablemente, todo el tiempo flashes y gente posando. El Café de García es una maza, bendecido por estar lejos del centro, pero bueno, no está en el centro y además es medio "bar de hombres", no por ánimo de la gente, pero es medio así, mientras que el Tánico se ofrece y es visitado por tutti quantti. La Puerto Rico es una vergüenza, por una coca y un pebete de monja y soque te fajan 14 mangos y no se les mueve un pelo, caraduras...

Por el Británico pasaron todos, las figuritas, pero que ahí no son más que nadie, ya saben, Borges, etc. etc., los monstruos sagrosos. Ayer mismo en TV el periodista le preguntaba a Trillo "y en qué mesa se sentó el Che a planear el viaje en moto" (Sr periodista, gracias por ocuparse del bar, se le ocurre alguna otra huevada para preguntar?) y Trillo qué le iba a decir... pero de pasada manda: "y ahí se sentaba el otro... el viejito ése que casi no veía... el escritor...", "BORGES?!?!", "sí, ese..."

Claro, lo que pasa que ahí no hay estatuas de cera, ni fotos, ni carteles, ni nada, no se hace ahlaharahca. No señor. Ahí se toma café, cerveza, se charla o se toca el violín, pero el lugar es igual para todos y nadie es distinto. No hay VIP, no hay patovicas, no hay horarios. Cuando todas las luces de la ciudad se apagaron hay una que siempre está encendida, una máquina de café funcionando y un gallego listo para despacharle una taza y un chiste.

Buenos Aires: Gardel, Cadícamo, Celedonio, De la Púa, tantos... tantos te cantaron y te escribieron y te quisieron. Hoy Buenos Aires somos nosotros y si no la cuidamos un poco nos vamos a la mierda y mandamos al carajo a estos chabones que decimos que respetamos, que admiramos.

El Británico es un Buen Buenos Aires y debe seguir.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

La avenida Caseros puede vivir sin boulebard, pero San Telmo no puede sin el Britanico.Si algo llegase a ocurrir (Dios quiera que no), me daría muchisima pena.
Un taxista me dijo que despues del boulvard , seguro viene la de poner adoquines (nuevamente) me mude a esa calle cuando los sacaban.Y así si, por fin , van a tener un gran estudio de filamación, para que vengan los pinches gringos a cortarnos el paso para ir al Britanico a tomarnos una cervecita con amigos.

8:48 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

te mando mi pequeño aporte. Agregué unas fotos a lo que había escrito acá

que no lo cierren!

10:01 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Paseando por Defensa una mañana, en la última esquina antes del parque Lezama, me topé con el Británico. Enseguida quedé atrapado; el nombre, la madera, las curvas de la estantería, la extraña clientela, tan alejada del nombre, leyendo el Clarín con olor a café con leche... Una silla me llamó y me senté junto a ellos. Saqué mi cuaderno e hize un dibujo rápido para fijarme en los detalles: los fluorescentes, las estufas eléctricas en la pared. las botellas alineadas, un aire inglés en los frisos y de Chicote en la barra y los camareros. Aquí os lo mando.

5:04 a. m.  

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