jueves, febrero 08, 2007

La prueba de la mentira

Esta nota cierra este blog. Espero no tener más para decir porque cada palabra me duele.

En la esquina de Brasil y Defensa hubo un bar que, no sé bien por cuál de 3 o 5 leyendas, se llamó "Británico". Todo bien con los ingleses, su fútbol me gusta y su rock también.

Hoy, justo hoy, abrieron un bar en esa esquina, en ese local y, oh causalidad, se llama igual. Algunos quizá se engañen, o se hayan engañado, como los que dijeron: "reabre el bar británico".

Lamento decepcionar a quienes tuvieron alguna esperanza, este no es ése bar, porque el bar del que hablo murió.

No murió de muerte natural, sino que fue asesinado. Y este no es un detalle menor.

"Chocan los planetas" dijo el Dr Rei (pronúnciese doctoréi).

Por pedido del teniente y porque creí tener la respuesta, porque la dirección o la coordinación, hoy tocó ir a retirar las 25.000 firmas de quienes solicitaron el "no al cierre del Bar Británico". (para evitar confusiones, a partir de este momento llamaré al bar actual Botánico o también Ánico).


Con las firmas en una carpeta, portadas en una bolsa de zapatería me recordaron que Carlitos estaba al comando de Mar Azul, gran bar que solía visitar en los años 80, un verdadero café porteñazo como el Británico que fue mi bar en el sur. No tuve alternativa y como dijo Alí, allí me dirigí.

Par de cervezas, sandwiches, charlas y partidos de la selección después se hizo la hora de la apertura (apertura, está claro? acá no se reabrió NADA) del Ánico, en esa limítrofe esquina. Límite de barrios y de conceptos, el hipopótamo y el otro. Fui una sola vez al paquidermo, en 1993, pregunté a quienes lo habían propuesto como destino por qué no íbamos enfrente y entre esto y aquello tuve al menos la oportunidad de corroborar por qué ese no era mi lugar. Nunca más volví.

Estaba en la duda: paso por casa a buscar la cámara o mando derecho? No. Este lugar no se merece una foto... prejuicio plenamente justificado; aunque mal no hubiese venido, para comprobar la primera y quizá más inofensiva de las mentiras: "Como en una faltaban, contraté al mismo pintor que hizo el resto para que rehiciera las letras como estaban originalmente" (Clarín, 07/02/07). Va foto de Clarín:



Para quien llegue a leer la palabra "hamburguesa", que no importa si viene de Hamburgo o de Rosario, le pido por favor que eche un vistazo a la otra hamburguesa.

Pero no. No se inquieten, si acaso creen que esta nota se refiere a una tipografía están muy equivocados.

En el Bar Británico NUNCA se sirvió un café en vaso de plástico.

Hoy, con 28° el Bar Británico tendría las ventanas abiertas, no como el Botánico, que las tenía tan cerradas como el denfrente.




¿Adónde quiero llegar? Paciencia, que esta es la última nota de este blog y hay cosas para decir. Un poco de catarsis a nadie le hace mal, che.

¡Cómo me cuesta contener mi lenguaje más soez para referirme a esta... esta... cuestión!

Y fui. Sí. Fui.

Fui porque era mi oportunidad segura de tener cara a cara al actual propietario del local. Cuántas cosas para decirle. Intenté ser respetuoso y no llegar al nivel de escándalo, que nada bueno aportaría. Quizá lo mejor del asunto es que empecé hablando de cosas que él y sus secuaces creyeron eran la entradita para algún tipo de felicitación o agradecimiento. rieron e intentaron sumar "gracias" (no de agradecimiento) a mi enumeración, que fue: rodrigazo, sigautazo, pugliese les hablo con el corazón, moneda nacional, peso ley, peso argentino, austral, plan primavera, uno a uno...

Claro, el asunto es que ESO Y MAS es lo que sus padres, propietarios originales (es más, dijo que sus abuelos!) habían pasado con esos tres gallegos. Tres gallegos que no debían un peso, que pagaron siempre en término.

Señores: no es casualidad que este asunto se gestara a la muerte de los padres del actual titular, se haga llamar sociedad o como quiera, o acaso esa persona jurídica no tiene titulares?

Este shabón al que me voy a referir con el término de zángano, administrador de una riqueza creada por sus ancestros, recurrió, según mi interpretación (conste) a un truco que fue el siguiente:

Señores 3 gallegos 3, se venció el contrato de alquiler, y como la inestabilidad de los precios y la inflación kirchnerista dificultan establecer un valor que sea representativo y válido por los dos años, dejemos pasar un tiempo (hasta abril de 2006) para firmar el nuevo contrato. Mientras tanto, y como una simple, mera, apenas, tan solo, siquiera, por prudencia, por las dudas, por si las moscas, lo que sea, "formalidad", firmemos este convenio de desocupación. (Esa palabrita, formalidad, merece oooootro blog más.) ((Convenio de desocupación = sentencia de muerte))

Tres veces joli. Léase treyolí o en castizo, muy lindo. Claro. Hermoso.

Alguien dijo que ese era el fin del Bar Británico? Alguien dijo que se retiraba?

Nunca se firmó el nuevo contrato, lo yegoga firmaron como firmaron todo lo que tuvieron enfrente en 45 años y se fueron a atender el bar, café, cerveza, medialuna, etc.

Sin contrato y con convenio de desocupación, el sátrapa y sus acólitos tuvieron pista libre.

La desinformación incomprensible del diario que parece que no tiene nada de qué ocuparse, Clarín, no solamente desinforma sino que lo hace en portada... (puf, esto merecería todo otro blog...).

El estado. ¿El Estado? Con mayúscula? Ja. No hay. Solamente para los chanchullos de sus colonizadores de turno.

Así, el Bar Británico, ese con capa de grasa en las paredes, con estilo y democracia, fue matado.

De la capa de grasa no hace falta decir mucho, de la democracia se me ocurre algo: al levantarse la polvareda del desalojo va el periodistita de turno a buscar la nota y lo cacha a Trillo... le pregunta: (esto ya lo conté?) ¿En qué mesa se sentaba Sábato a escribir ta ta ta ta ta ta?...

Trillo lo mira con la bandeja en la mano y cara de nada... "eh?"...

El periodistoide insiste, insiste... Trillo sigue con cara de Trillo y le dice: Yo no sé, el que venía era ese que no veía, el ciego...

Para qué. El jornalero casi rompe el cielorraso de un cabezazo: ¿BORGES? (aquí está mi nota, aquí está mi nota!!!).

Trillo: no sé...

Señores, en el Bar Británico, cual fiel testigo de la Asamblea del año XIII, no existieron los títulos, grados... ahí adentro todos fuimos clientes y nada importó si éramos cucarachas o premios Nobel, con acento en la e...

Una noche estaba el viejo Pinchevsky, el violinero del rock decían los diarios, que era asiduo cliente y un plomazo pero ahí estaba, esa noche con violín... tocaba bien, o entretenía... 3 am de un miércoles o algo así, pasa una pareja y una rubiaza nórdica impactante entra con su vestido azul brillante y pide el violín, se despacha un tremendo tema folklórico báltico, saluda y se va. Recordemos estos momentos, que difícilmente se repitan, empezando porque el violinista del rock está 3 metros bajo tierra.

Y ahora? Ahora nada, solamente la burla de unos delantales con rayitas cual traje mafioso... una gota de sinceridad? Declaraciones intolerables, como que "vienen a salvar" etc. etc.

En mi barrio les dicen CARADURAS, CACHAFACES, BAJA ESTOFA, LUMPENAJE.

Espanto. Irritación. El enojo por ser burlado. Una chica con saquito veraniego de algodón, tipo red, que nunca hubiese entrado al bar porque "se llenaría de olor", ahora sentada sobre una de las mesas, cuando el mundo usa sillas, ella está sobre una mesa lijada a la que le borraron la historia, sin corazones, sin odios y amores, cepillada y barnizada con un tinte oscurecedor de oscuridad como las mentes de estos ignorantes.

Un espejo desterrado, un mueble seudoviejo. Cuadros que rememoran como una carcajada que el británico no cierre sus ojos o algo así.

La cobardía, el escondrijo, la patota de los cuello de goma a los que se le pide permiso y no se mueven, a los indiscretos que leen lo que otros escriben. En resumen: un digno retrato de la basura humana. Lo peor.

Por eso, conocidos y desconocidos, cercanos y remotos, el Bar Británico ya no existe, está muerto por muerte violenta, ahora hay una cueva de café en vaso de plástico y delantales de mafia, con el pleno aval del Estado declarador de notabilidades.

El viejo y noble bar solamente queda vivo en nuestros recuerdos, en los resabios de memoria de noches largas, del almuerzo de Manolo a la 1:30 am (pollo con ensalada), de los desayunos despachados por Trillo o Miñones... en las charlas, en los conciertos improvisados, en la TV de medio color, los gatos (siempre uno) que se ocupaban de alimañas, en la vitrina con botellas de licores evaporados, cafés en esas tacitas únicas, el buen humor, el pronto servicio, el precio amigo y si ese día estabas seco... no lo debías.

El Bar Británico murió asesinado. ¡Salud Bar Británico!

Argentinos: mientras le otorguemos igual importancia al hecho de haber mentido sobre el superavit y cosechar 14.000 millones de pesos de nosotros contribuyentes que quedan a disposición de una lacra gobernante... y que ese hecho es igual de importante como los cuernos de Sergio Denis por Melindra en gran hermano... y que además nos interesen más los entretelones o entresábanas de la niña, estamos fritos. Fritos.

Nos van a engrampar mil veces más por minuto, porque estamos atorrados, porque estamos en cualquiera. Yo. Vos. Ellas y ellos.

Discépolo dijo "siglo veinte, cambalache"... ¡¡¡si supiera cómo arrancó el veintiuno!!!

Todo a la mierda y la reputísima madre que lo remil parió. (sabía que no me iba a aguantar).